Hablar de Responsabilidad Social Empresarial – RSE en ocasiones puede sonar tan inmaterial como hablar del viento. Sin embargo, hablar con la gente de ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’ es conocer que las cosas se pueden hacer, no solo por el beneficio de una empresa sino por el de las personas que trabajan para ella y también para quienes habitan el entorno de su planta de producción. Esta historia no solo habla de una familia hecha para trabajar.
UNA MAÑANA de miércoles Don Rafael Bonilla vio pasar por el frente de su bodega a una pequeña niña que llevaba huevos en bolsa. Con entusiasmo él se aventuró a felicitarla porque iba a desayunar bien. La respuesta de la pequeña fue desconcertante: “Los huevos no los como yo, son para mi papá, porque él es el que trabaja”. Lo que pudo pasar como una simple anécdota llevó al señor Rafael Bonilla y su esposa Martha Patricia Giraldo a construir una empresa donde se pensara en los demás. Desde entonces, han pasado 15 años de la creación de ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’, una de las 1.282 empresas que en Colombia se dedican al diseño, fabricación y montaje de carrocerías para vehículos de carga y pasajeros.
No ha sido una práctica fácil. El gremio de los carroceros tradicionalmente ha cargado con un estigma. Han sido señalados de incumplidos, de trabajar en medio de la informalidad, el cumplimiento y la calidad se convirtieron en ofrecimientos venidos a menos. ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’ le apostó a convalidar la respuesta que, a pesar de todo, siempre un cliente quiere escuchar: Cumplimiento y calidad. Para el gerente de esta compañía, el ingeniero Rafael Bonilla Giraldo, hijo de Don Rafael, esas dos palabras están relacionadas con un mismo fin: responsabilidad.
En la industria carrocera se oye decir desde hace 2 años que el transporte es un sector de clase mundial. Rafael Bonilla encontró en esa noción la posibilidad de darle respaldo a las carrocerías que se fabrican en su empresa, donde no solo existe un objetivo económico, también fortalecen la idea de una función ética y moral frente a la sociedad. Actualmente, ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’ cuenta con un modelo empresarial que ofrece los cimientos a una verdadera gestión de clase mundial con Responsabilidad Social Empresarial. La compañía fue certificada en procesos de atención al cliente, cuidado del medio ambiente y aplicación de seguridad en salud ocupacional.
Para Bonilla Giraldo esto “no se puede ver como un proyecto difícil, tampoco que requiere mucho dinero, solo se necesita compromiso y transparencia”. Para la firma ha significado dejar pasar negocios rentables que pueden salirse de la gestión de clase mundial, pero la rentabilidad de ellos está en la enseñanza y la adquisición de más herramientas para solidificar su sentido objetivo de responsabilidad, para caminar sobre un sendero de liderazgo.
Una evidencia contundente de querer ser el mejor en el sector carrocero está en el hecho de que aplican normas internacionales en soldadura, calidad en producción, gestión ambiental interna y manejo de vertimientos. Por eso el ingeniero Bonilla considera que no se puede ser responsable para unas cosas y para otras no. Para ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’ el transportador, o el cliente, es un empresario con altos grados de inteligencia para invertir, que se enfrenta a riesgos inmensos. En esa medida, “la propuesta de honor nuestra está en que nuestros clientes están encomendando su proyecto a una empresa responsable. Contamos con un sistema de trabajo y una propuesta de negocios donde se corren menos riesgos y no por ello el negocio tiene que ser más costoso”, subraya Rafael Bonilla.
La aplicación de este plan de RSE empezó a rendir frutos, los que por supuesto redundaron en rentabilidad para la empresa, pero a los integrantes de la familia Bonilla Giraldo, propietaria de ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’, les faltaba hacer algo que consolidara su filosofía empresarial y familiar. En palabras de Rafael Bonilla, el dueño no puede ser el único que tenga bienestar dentro de la compañía. Entre los presupuestos sociales de la firma está que para el año 2018 todos los empleados deben ser propietarios: de una casa o de un carro, pero propietarios al fin y al cabo.
Para Bonilla eso debe traducirse en arraigo y crecimiento personal. “No es un plan de comer para sobrevivir. Nuestros colaboradores deben tener un plan de éxito para sus vidas, el mismo éxito que respira la empresa, debe transmitirse en nuestro producto”, afirma Rafael Bonilla. No obstante, otra pregunta rondaba la cabeza de los propietarios de la fábrica, en ella querían hallar una respuesta que trascendiera las puertas de la planta de producción: ¿A nuestros vecinos qué les debemos dar? Una fundación hizo parte de la respuesta a los beneficios que se trasladarían a los vecinos y así nació en 1997 la Fundación Desayunitos para favorecer a niños de la zona donde está la sede de la compañía y a la que le cedió parte de su planta física.
La Fundación Desayunitos reunió recursos propios junto con ayudas ofrecidos por empresas competidoras y colegas. Ricardo Bonilla insiste en la idea de “reflejar en la comunidad que nos rodea otra parte de nuestra prosperidad”. Así han logrado desaparecer fenómenos invisibles o que se van grabando en el paisaje urbano: había calles destapadas o fachadas desgastadas. Y gracias a la Fundación Desayunitos muchos niños del entorno tienen un desayuno balanceado para comenzar el día, un cuidado responsable y apoyo en sus necesidades.
Todo en ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’ es un constante desafío por mejorar. El gerente se sienta en el cargo pero con el objetivo de desmitificar el cargo, mientras fortalece la idea de un modelo de negocio exitoso con buena reputación, dice ser solo el facilitador de un equipo. Algunos de los 50 trabajadores de la empresa son personas que han heredado los cargos de sus propios familiares. Todos están contratados por nómina, tienen como principio no tener contratistas. Y entre las muchas políticas laborales, el día primero de cada mes alguien puede ganar un incentivo económico basado en la responsabilidad. No llegar tarde, no pedir permisos, no tener retrasos en el inicio de la jornada o no tener accidente alguno puede traducirse en dinero o días compensatorios.
“En este país donde existen villanos fascinantes nosotros descubrimos que se puede ser exitoso siendo legal”. Y el éxito lo definen como la capacidad de tener claridad en un plan de trabajo, consistencia en su implementación, mediciones permanentes de los indicadores y prácticas efectivas en el seguimiento para seguir mejorando.
Así es ‘Valentina MPG Carrocerías S.A.’, una empresa familiar con valores familiares; aprendió a identificar que podían sistematizar lo fabricado, eso se convirtió en huella, en su ADN. Don Rafael Bonilla sabe que a su empresa no solo llegan su esposa y sus hijos a trabajar con las ganas diarias de hacer una buena carrocería, también son sus 50 colaboradores, quienes seguramente bien desayunados, con el espíritu y alma alimentados, dispuestos con las ganas suficientes de escribir otra página más en la historia de una empresa de familia, una familia que decidió ofrecer unas carrocerías ‘hechas para cumplir sueños, hechas con responsabilidad’.
