La Revista Carga Pesada comparte con sus lectores la opinión de Daimler Colombia sobre la eliminación de la póliza de chatarrización, que durante este año ha cambiado el panorama de la venta de vehículos comerciales de carga en el país.
PARA LA INDUSTRIA importadora del sector transportador existe una gran preocupación frente a la posturadel gobierno que propone la desintegración física total de los vehículos del sector automotor de carga comoúnica opción para ingresar una nueva unidad con el mismo peso bruto vehicular en el mercado. La medida incide negativamente en la economía del país donde la intervención en la libre oferta y demanda limitará el acceso de nuevos actores a la industria, que aunque interesados en una economía atractiva como la colombiana, con tasas de crecimiento por encima del 3.5 % y donde el 75% del transporte de carga es terrestre, se encuentran con limitaciones como el cupo de chatarrizacion para poder acceder a la operación de los vehículos.
El gobierno debe tener en cuenta la afectación de este sistema para las marcas y para la economía nacional, ya que dificulta la renovación del parque automotor comprometiendo la infraestructura,la se guridad y el medio ambiente, incidiendo negativamente en los índices de competitividad. Además, al frenar la venta de vehículos se aumentarán los inventarios, generando consecuencias devastadoras como las quiebras a los concesionarios por cuenta de los costos .nancieros y operativos y la caída en ventas por negocios que desde ya se están deshaciendo. La eliminación de la póliza podría significar la caída del mercado en un 60% y con esto el cierre de muchas empresas.
Para el caso de Daimler Colombia, los concesionarios enfrentan un momento crítico una vez que deben asumir una cartera de vehículos que aunque ya están facturados no pueden ser pagados por los clientes ya que no cuentan con un cupo de chatarrizacion liberado por el gobierno.
Muchos clientes están exigiendo la venta de los vehículos con cupo, lo cual es imposible teniendo en cuenta que el objetivo de las empresas importadoras es la comercialización de vehículos. Por otra parte se empieza a vislumbrar un incremento especulativo en los precios de los cupos que será imposible desmontar en el futuro, dada la necesidad de los mismos. Se teme se presente el mismo fenómeno que se dio con los taxis y que el cupo termine costando más que el vehículo.