DURANTE su recorrido por las carreteras del país sus llantas pueden sufrir o deteriorarse por los desniveles del asfalto, el cambio de clima durante el camino y el peso de la carga. Por eso debe tener en cuenta varias recomendaciones en cuanto a la presión de sus neumáticos. La presión de inflado es el factor más importante para el rendimiento y la durabilidad de la llanta. Está demostrado que un mejor aprovechamiento de la vida total de la llanta depende de la calibración de la presión de inflado y un buen mantenimiento del vehículo. De cada 100 neumáticos inutilizados, 80 de ellos salieron del servicio debido una presión de inflado incorrecta.
Cuando la llanta tiene presión baja
Un neumático con presión baja provoca un mayor desgaste, rupturas circunferenciales en el área de la pestaña, aumento en el consumo de combustible y baja durabilidad de la llanta. Si descuida sus llantas puede comprometer la preservación de la carcasa para futuros reencauches y aumentar el costo por kilómetro recorrido de su vehículo, disminuyendo la vida útil de la llanta.
Por esto debe estar atento a los causales de la presión baja en las llantas:
- Válvula sin tapa
- Núcleo de válvula pegado
- Válvula corta o no centralizada
- Neumático dilatado
- Protector dañado o mal posicionado
- Llanta oxidada o agrietada
- Mal posicionamiento de la válvula en el montaje doble
- Práctica de la “purga”
Cuando la llanta tiene presión alta
Es una equivocación común pensar que una llanta con presión mayor que la recomendada tiene mayor capacidad de carga y por lo tanto, más resistencia. Una llanta con presión alta produce tensiones excesivas y anormales en la carcasa ya que el neumático se vuelve rígido por la presión y la carcasa pierde su capacidad de flexión, dejando de amortiguar los impactos, causando rupturas y daños con más facilidad.
Debe tener en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar percances debido a la alta presión de las llantas:
- La llanta debe ser inflada con la presión recomendada siempre en frío, antes de que el vehículo entre en servicio.
- Verificar periódicamente el manómetro.
- Hacer correctamente la operación de medición y lectura. Con frecuencia se cometen errores en el momento de poner la extremidad del manómetro en la válvula. La lectura correcta se obtiene cuando no hay escapes de aire entre la válvula y el medidor.
- Utilizar la presión recomendada con relación a la carga que será transportada.
- Elegir la llanta adecuada para el servicio, según los siguientes parámetros: medida, diseño de banda de rodaje y capacidad de carga.
Si se realiza un mantenimiento preventivo del vehículo, el costo será siempre menor a las consecuencias de no hacerlo. Por eso, lo más importante y rentable del mantenimiento de llantas es la revisión constante de las presiones de inflado.