Pocos amores son tan incondicionales como el que tiene un hombre por su auto, en este caso, su camión. Este es el caso de Julián Castillo, un empresario del transporte colombiano quien siempre ha querido tener sus vehículos de la mejor manera posible. Es por eso que ha ‘engallado’ varios de ellos, siendo la protagonista de esta historia a la que más tiempo, dinero y esfuerzo le ha dedicado. Castillo siempre ha sido un hombre ligado a los camiones. Condujo tractomulas durante 11 años antes de empezar a administrar sus propios vehículos a los cuales, dice, siempre le gustó tenerlos bien cuidados.
«Ahora tenemos muchos bien bonitos, no todos, pues esto cuesta mucho dinero y lo otro, no todos los conductores cuidan un carro bien engallado», señala. Actualmente el hombre es dueño y gerente de Dipacas, empresa que fundó hace 8 años que se especializa en transporte de carga seca. Hoy en día cuenta con más de 70 empleados y mueve 17 mil toneladas para más de 40 clientes en el país, principalmente desde los puertos hacia el interior.
Para mantener esta enorme operación cuenta con un parque automotor de 50 tractomulas propias. «Actualmente estamos transportando crudo. Somos terceros de una gran empresa CTC Cotranscopetrol de mi amigo Roberto Poveda al cual le transportamos de diferentes pozos el crudo», añade.
Dentro de esta gran flota se destaca una tractomula, ‘La Barbie’. Se trata de un camión Kenworth modelo 2006 que monta un motor Caterpillar 500, diferenciales dobles y suspensión de aire. «Es un carro muy americano que en lo personal me gusta mucho esta configuración», agrega Castillo. Para conocer un poco más la historia de ‘La Barbie’, saber porque es la consentida de su dueño y porque es el centro de las miradas en cada recorrido que hace por las carreteras de Colombia, hicimos un viaje desde Bogotá hasta Ibagué acompañando a su conductor.
Fueron 7 horas de viaje en las que compartimos anécdotas de la tractomula, de la vida y la fotografiamos en diferentes parajes, climas, de día y noche. ‘La Barbie´ nació de un homenaje que las hijas de Julián Castillo le pidieron que les hiciera hace varios años cuando estaban pequeñas, pero solo hasta hace poco pudo cumplirles la promesa que les había hecho pues hacer las modificaciones que tiene este vehículo es un proceso que toma tiempo y sobre todo dinero. «Es un carro de mucho cariño para la casa”, resalta su propietario.
La reina de la carretera
Era sábado por la mañana y esperábamos en una bomba de gasolina sobre la Avenida Boyacá con 13 a que José Domingo Paque, el conductor del vehículo nos recogiera para iniciar nuestro viaje hacia Ibagué. Pero así como esas mujeres que se saben bellas ‘La Barbie’ se hizo esperar varios minutos antes de dejarse ver.
Iniciamos el recorrido y lo primero que notamos es que el dueño y el conductor comparten el mismo amor por esta tractomula cuando el hombre se disculpa por la tardanza y nos dice que a la bebé hay que tenerla en las mejores condiciones. Y es que este camión blanco con detalles de pintura rosada (en los guardafangos y el trailer) destaca por su pulcritud.
No tardamos en encontrarnos con los primeros admiradores de ‘La Barbie’ justo cuando nos aproximábamos a una zona de balanzas a la salida de la ciudad. Mientras transitábamos el carril dos j.venes se acercaron al cami.n y desde todos los .ngulos y posiciones buscaban tener la mejor fotografía.
Lograron su objetivo y con el pulgar arriba nos agradecieron el permitirles tomar sus fotos. Uno de ellos le dijo a José Domingo que hiciera sonar la corneta del camión. «Pero eso no le va a salir en la foto», replicó. Ambos se rieron y seguimos nuestro camino. «Es que ‘la Barbie’ es admirada en todo el país, hay gente que la ha tenido parada horas tomándole fotos, es un carro muy bonito», comenta Castillo.
Ya en carretera empezamos a hacer nuestras primeras paradas para hacer las fotos de la tractomula y cuando llegamos al lugar escogido para almorzar ya teníamos más de 10 im.genes del camión seco y otras totalmente mojado por una torrencial lluvia. En el camino y durante el almuerzo José Domingo nos contó que ‘La Barbie’ se mueve principalmente hacia Ibagué y el puerto de Buenaventura.
Castillo cuenta que a esta tractomula se le han hecho modificaciones desde lujos al interior de la cabina, se e modificó. el cap., la persiana, el juego de luces en el cabezote y el trailer además de un exclusivo trabajo de pintura donde resaltan las aerografías en los guardafangos y la parte posterior del cabezote. Este último, es muy especial, pues se trata de una imagen de tres princesas (que representan a sus hijas) que abarca toda la parte trasera del cabezote.
Cuando le preguntamos a José Domingo cuanto tiempo puede tomar completar este proceso de modificación, el conductor nos cuenta que tener a ‘La Barbie’ tal como luce actualmente requirió. de alrededor de tres meses. «Cada dos meses entra a pintura y arreglos para poder sostenerla. Un carro así vale dinero sostenerlo», expresa Castillo.
Mientras avanzamos rumbo a Ibagué notamos que desde otras tractomulas, buses de servicio intermunicipal y vehículos particulares la gente observa con detenimiento y admira los detalles de ‘La Barbie’. «Yo me siento muy orgulloso de ser el que conduce esta mula», nos dice el conductor.
Con el mismo orgullo nos dice que conduciendo a esta tractomula, a la que llama su bebé, ha tenido muchas anécdotas con gente que le ha expresado su admiración por el camión pero lo que más recuerda es que un día cualquiera la policía lo detuvo en carretera, le pidieron sus papeles y lo detuvieron un tiempo. Su objetivo? Tomarle fotos a ‘La Barbie’. Todo el procedimiento policial fue solo una excusa.
Si el ambiente no es agradable, un viaje por carretera puede ser bastante estresante y desgastante. No fue este el caso. Mientras charlamos con José Domingo sobre ‘La Barbie’, sus historias en carretera, su familia (es casado y tiene dos hijos) el hombre nos sorprende con su excelente gusto musical pues en las más de 5 horas que duró nuestro viaje su Playlist nos permitió escuchar desde baladas en inglés hasta geniales bandas de rock como AC/DC y Guns & Roses.
Es inevitable preguntarle sobre si él tiene alguna participación en la decisión de hacer modificaciones a la tractomula. «Yo a veces hago recomendaciones y le digo al patrón que cosas podemos agregarle pero que no se vea extravagante. Eso sí, él es el que decide que cambios hacerle», comenta.
Es claro que no se trata de un conductor cualquiera, porque no a todos un propietario de camión permitir.a llevar por las carreteras de Colombia un vehículo al que se le ha invertido una significativa cantidad de tiempo y dinero; y que tiene un valor sentimental enorme. Lo cierto es que José Domingo es un hombre con mucha experiencia en carretera recogida a lo largo de los años, es un tipo cuidadoso, responsable y ha demostrado tener el mismo cariño y respeto por ‘La Barbie’ que el que tiene su dueño.
«José Domingo Paque es un es un hombre ejemplar, muy correcto, que la trata muy bien. Además no lo vemos como un empleado sino como alguien de mi familia. Hay cosas que valen mucho más que el dinero», expresa Castillo.
Cada que encontramos un buen sitio nos detenemos para hacer más fotografías, desde diferentes ángulos y con distintos paisajes de fondo. Nos acercamos cada vez más a nuestro destino final, Ibagué pero aún nos restan dos paradas, una para llenar los tanques y limpiarla nuevamente; y finalmente encontrar un sitio para hacer las fotos de noche, necesarias para mostrar los detalles de ‘La Barbie’ resaltados por las luces y el contraste con el cielo oscuro.
Finalmente llegamos a Ibagué sobre las 7 de la noche para dejar a esta tractomula, querida y admirada por muchos, en su último destino del día, un garaje donde pasará la noche antes de volver a iniciar una nueva aventura por las carreteras de Colombia siendo el orgullo de su dueño y de su conductor. Nosotros volvemos a Bogotá con la satisfacción que, aunque no seremos los únicos que la hemos fotografiado en el país, si somos de los pocos que hemos hecho un viaje con ‘La Barbie’.