Durante el 7,8 y 9 de octubre la ciudad de Cartagena albergará una vez más el Congreso Nacional del Transporte organizado por la Federación Colombiana de Transportadores, COLFECAR y como es de costumbre la ciudad amurallada estará colmada por múltiples asistentes del sector, funcionarios del gobierno y una gran cantidad de expositores dispuestos a mostrar lo mejor de su portafolio comercial en uno de los eventos más grandes de América Latina en el sector transportista. Por esto nuestro director Ricardo Henao Calderón tuvo una conversación directa con Juan Carlos Rodríguez, presidente de COLFECAR, sobre el estado del sector y temas tan neurálgicos como la seguridad de las carreteras, el intermodalismo, los pequeños transportadores, el combustible, la sobreoferta y el panorama a futuro del medio.
Ricardo Henao: ¿Cuál es la sensación que tienen hoy del sector transportador, en dónde y hacia dónde vamos?
Juan Carlos Rodríguez: El sector de transporte de carga y su logística en este momento está en una situación de profundo cambio en la medida en que las reglas que ha impuesto el mercado, más allá de lo que pueda hacer el gobierno, han determinado la necesidad de las compañías en especializarse.
En el caso de las empresas paqueteras están profundizando su esquema. Las empresas que transportan cargas extra dimensionadas, extra pesadas o carga masiva están buscando fidelización con sus clientes a través de alianzas estrechas. Esto definitivamente es necesario debido a las amplias alternativas que hoy existen en la oferta del servicio de transporte, el cual cuenta con más de 3.000 habilitados.
Debido a la coyuntura en infraestructura que comienza a vivir el país se presenta una oportunidad que hace que el sector se especialice con la intermodalidad, fenónemo que ha golpeado bastante fuerte en la medida en que ya vemos las inversiones que está haciendo el gobierno en materia fluvial, férrea y en la expansión de los puertos marítimos, lo que implica que las empresas de transporte tengan que crear su propia logística, desarrollarla y establecer esquemas que faciliten y disminuyan los costos operativos.
RH: Tener una cadena específica para poder cumplir con las necesidades de los generadores de carga, empresas que a través de distintos canales presten un solo servicio a sus clientes, ¿hacia allá vamos?
JCR: Esa es la realidad del sector y de la economía mundial. Ahora se habla es de los cluster logísticos que están determinados por las alianzas entre países, como la alianza del pacífico. Estas involucran la necesidad de las economías en complementarse y en ese sentido el transporte juega un papel muy importante porque es el determinante en la intermodadlidad. El transporte de carga por carretera tiene la flexibilidad que no tiene el modo férreo o fluvial, de tal manera que el operador del servicio de transporte tiene que buscar esas alianzas a través de las ofertas concretas e integrales.
RH: Colombia está llena de pequeños transportadores. Bajo esa nueva modalidad ¿qué papel van a jugar ellos en ese nuevo esquema?
JCR: Necesariamente tienen que ir hacia la formalización. Hay una propuesta del ministerio de transporte que se ha puesto en consulta pública. Las individualidades tienen que ir hacia la formalidad, empresas unipersonales y diferentes tipos de sociedades para poder ofrecer un servicio que sea confiable e integral. Definitivamente la organización empresarial es la que le da confiabilidad al remitente o al cargador de la mercancía. Éste es un esquema que tiene que empezar a tener mayor forma y esa forma se la da el ministerio de transporte a través de la regulación.
RH: Estamos viviendo un momento crítico en el sector de transporte por lo que el medio se ha resentido. En ese sentido hay partes que opinan que en Colombia hay demasiados vehículos sub utilizados generando problemas en el valor de los fletes por la sobre oferta ¿cuál es la realidad?
Actualmente no existen cifras confiables al respecto, ni siquiera el ministerio de transporte ha determinado si existe una sobreoferta. Sin embargo el mercado se ha dado la respuesta a sí mismo. Existe una sobreoferta en la medida en que los fletes están muy por debajo del valor real y los costos están muy por encima. Existen muchos referentes del servicio de transporte y todo esto hay que verlo desde dos puntos de vista: primero, el tema de la tipología vehicular y en sectores económicos donde existe una sobreoferta muy grande.
En el segmento de hidrocarburos se ha podido constatar la existencia de una sobreoferta de más de 7.000 vehículos. Esto debido al pasado “bum” petrolero que orientó a los inversionistas a comprar equipos de manera desordenada. Por otro lado, según cifras del ministerio, existe una sobreoferta en vehículos rígidos. Razón fundamental para determinar la vida útil de los camiones y obtener la obsolescencia del parque automotor.
En Colombia se ha dicho que existen unos 110.000 vehículos con más de 20 años, sin embargo la reposición que se está haciendo es de 5.000 vehículos promedio al año. Eso no alcanzaría con los recursos que se tienen hoy, proyectados al 2018, para hacer una sustitución de equipos y establecer un plan para modernizar el parque automotor. No hay una política de reposición clara que defina la vida útil y tampoco la determinación de qué es lo que vamos a a atacar en lo que se ha llamado sobreoferta y todo porque no hay cifras.
RH: Desde afuera se tiene la percepción de que el gobierno nacional aplaza su toma de decisiones respecto a la fijación de fletes, políticas sobre combustible y que existe una disputa interminable con los transportistas sin llegar a un acuerdo ¿Cuál es la realidad de la relación entre esos dos grupos?
Hay una situación que se ha venido agudizando y son las relaciones económicas. A partir del año 2011 el gobierno determinó que ya no iba a haber tabla de fletes, la cual determinaba la relación entre la empresa de transporte y el propietario del equipo con unos mínimos que tenían que asumirse.
En ese mismo año se estableció un esquema de libertad vigilada en las relaciones económicas que determina al ministerio de transporte como monitor de los costos operativos a través del SISETAC, sistema de costos eficientes de transporte de carga, pero en la actualidad el esquema no está funcionando y está generando distorsiones en el mercado.
Los costos operativos llevan el 35% de incremento desde el 2008 pero las tarifas, por su parte, están deprimidas. Lo que se busca es que ese esquema permita arbitrar los costos y a partir de ahí, el estado intervenga estableciendo lo mínimo que se debe pagar. Sin embargo eso no ha ocurrido y actualmente el mercado está suelto por lo que se requiere necesaria y urgentemente una intervención. Con este fenómeno se han generado distorsiones y un enfrentamiento entre los sujetos del contrato, las empresas de transporte con el remitente de la carga y el propietario del equipo.
En adición se suma la variabilidad de los precios de los combustibles, que equivalen en la canasta de costos a más del 33%. Actualmente el ACPM está en el mismo ritmo de incremento de la gasolina, de tal forma que se ha establecido una igualdad en los precios de ambos insumos, siendo que en su momento el gobierno determinó que los vehículos de servicio público iban a utilizar diésel con un valor preferencial del galón de ACPM.
RH: ¿Cuál es la percepción que tienen como gremio líder en el transporte sobre la seguridad en las carreteras?
Vivimos un momento difícil. Se ha recrudecido la incineración de vehículos. Hemos contabilizado en lo que va del año 23 tractomulas que han sido objeto de actos terroristas, sin contar los problemas con los derrames de los vehículos cisterna obligados por la guerrilla y que han generado toda serie de afectaciones al medio ambiente.
Por consiguiente se siente un clima de zozobra. Los transportadores están temerosos de trasladar cargas extrapesadas, tuberías o generadores eléctricos para determinados proyectos por su valor, ya que en ciertas rutas no hay certeza de seguridad. No preocupan únicamente las acciones delictivas sino la incertidumbre que se genera al transportar en nuestro país.
RH: ¿Cuál es el mensaje para los asistentes del congreso de COLFECAR?
Nosotros lo enfocamos hacia dos elementos, la competitividad a partir de la mejora en la oferta del servicio y la logística. Esos son factores fundamentales para que hablemos de una calidad en la prestación del servicio. Otro de los elementos que nosotros estamos propugnando es que la calidad tiene que estar fundamentada en una claridad en el mercado. El gobierno tiene que dar unos elementos de estabilidad en el sector que no los tiene en este momento, sobre todo en el tema de las relaciones económicas.
Actualmente las relaciones económicas están al garete, no tienen quién las arbitre, el gobierno simplemente ha dejado que los sujetos de la relación económica se debatan en el mercado de manera inmisericorde y estamos hablando del desaparecimiento de la industria. Nosotros tenemos el compromiso de mejorar la calidad en la prestación del servicio fortaleciendo las empresas pero requerimos también la garantía en esa prestación a través de una regulación que efectivamente lo permita y un ambiente de inversión que no nos lleve a competir con los otros modos de transporte, sino que se complementen.