Durante los últimos años Colombia venía viviendo una situación comercial positiva, en comparación con otros países de la región. Tanto exportaciones, como importaciones, se mantenían en constante crecimiento, lo que directamente impactaba en el sector de transporte de carga. Sin embargo, ante la pandemia causada por el Covi19 la situación cambió y los impactos que se vivieron en el primer semestre, parecen estar lejos del impacto profundo.
De acuerdo a datos suministrados por el Banco Iberoamericano de Desarrollo, BID, las exportaciones de América Latina y el Caribe se contrajeron a una tasa interanual estimada de 3.2% en el primer trimestre de 2020, no obstante, no fue sino hasta marzo en donde se empezaron a ver los coletazos del COVID-19 en la región.
En principio, el causante de la situación económica, ha sido el confinamiento obligatorio alrededor del globo, decisión tomada para evitar un golpe mortal en la salud de las sociedades. Las medidas de confinamiento han impactado la economía local e internacional de todos los países y LATAM no es la excepción.
“Los efectos de la pandemia encuentran al comercio mundial, y al de América Latina y el Caribe (ALC) en particular, en una situación de fragilidad. En 2019, las exportaciones de la región se habían contraído 2.2% en el promedio del año, mientras que el intercambio global se redujo 2.8%. en ambos casos la contracción se debió principalmente a la merma de los precios y al estancamiento de los volúmenes exportados”, afirma un estudio publicado por el BID.
El gran marco
La situación puede llegar a ser confusa, sin duda alguna. Pese a la menor actividad económica registrada en Colombia por la pandemia del Coronavirus y las bajas precipitaciones presentadas en las regiones Andina y Caribe, el movimiento de carga en la Zona Portuaria de Barranquilla, pasó de 4.627.113 toneladas entre enero y mayo de 2019 a 4.816.301 toneladas en el mismo período de 2020, un aumento de 189.188 toneladas, una cifra que, a pesar de lo positiva, confunde.
Según el BID en el primer trimestre del 2020 las exportaciones de bienes continuaron su tendencia a la baja; sin embargo, aún no se observa en plenitud los coletazos de la pandemia. El BID estima que las ventas externas de la región cayeron 3.2% en comparación con el año anterior.
En principio el gran causante de estos resultados fue la situación en China, uno de los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe, razón por convertir a la zona en ser una de las primeras en sufrir el contagio comercial de la pandemia. A su vez, las importaciones totales de la región cayeron 4.0% en el primer trimestre de 2020, mostrando a perfección la retracción económica de la parte centro y sur de América.
“El volumen de las exportaciones de América Latina registró una caída estimada en 1.2% interanual en el primer trimestre de 2020, tras cercer 0.5% en 2019. Los únicos países que mostraron incrementos en las cantidades exportadas fueron Colombia y México, aunque en este último caso con una notable desaceleración entre febrero y marzo de 2020”, se puede leer en el informe del BID.
En Brasil, gigantes de la región, la variación de los volúmenes exportados en el primer trimestre de 2020 en comparación con el mismo período de 2019 fue nula debido a que el significativo incremento en los envíos de petróleo y derivados fue contrarrestado por la caída en plataformas de exploración, minerales de hierro, maíz, entre otros. Por otro lado, en chile se estima una disminución de 4% en las exportaciones reales en el acumulado del primer trimestre de 2020 debido particularmente a las menores ventas de cobre.
El golpe con socios comerciales
A pesar de las reactivaciones económicas de algunos países en distintos continentes, la situación, por el momento, mantiene su tendencia, mercados cerrados por los aislamientos obligatorios y este es uno de los grandes problemas para la región. Las importaciones de los principales socios comerciales de ALC, hasta ahora vislumbra parte del gran impacto causado por el COVID-19.
“Las importaciones de China, que se habían comenzado a recuperar a fines de 2019, fueron las primeras en acusas el impacto del deterioro comercial. Las compras del gigante asiático desde ALC se estancaron (-0.1%) en el primer trimestre de 2020, mientras que sus importaciones totales cayeron 2.3%. Esta dinámica afectó sobre todo a los países sudamericanos, para los cuales la economía asiática es uno de los principales socios comerciales. Adicionalmente, su rol como demandante global de algunos de los principales productos exportados por la región impactó vía precios”, se afirma en el informe del BID.
Para Colombia, otro gran golpe fue la desaceleración de Estados Unidos, país que en promedio tuvo una disminución en sus importaciones del 1.0% en el primer trimestre de 2020, mientras que sus compras totales se retrajeron en 4.9%. La situación es preocupante, ya que el análisis de expertos es un aumento en el decrecimiento.
Complementando el triángulo comercial aparece América Latina como su propio socio y, curiosamente, se convierte en el que peor caída ha tenido, contrayéndose en 8.6%, el doble que las importaciones totales (-4.0%). “Este dato permite adelantar un panorama difícil para el comercio intrarregional, ya que esta retracción es anterior a la difusión de la pandemia a lo largo de la región”, sentencia el informe.
En el primer trimestre de 2020 las exportaciones de Colombia se redujeron 8.7% interanual tras registrar una caída promedio de 5.8% en 2019. El notable crecimiento de los volúmenes exportados (25%) no fue suficiente para compensar la fuerte caída en los precios. La retracción de los envíos a Estados Unidos (-14.3%) explicó la mitad de la retracción total, en un contexto de reducción de las ventas a todos los restantes principales destinos.
Un panorama con incertidumbre
La coyuntura es de convulsión y predecir algún tipo de reacción, parece imposible hasta para los mismos expertos. A pesar de esto, el Banco Interamericano de Desarrollo, bajo resultados de dos modelos, señala una tendencia en las exportaciones de la reción para los próximos meses.
“El índice líder del valor de las exportaciones permite anticipar la existencia de un punto de quierbre en la tendencia y señala la probabilidad que ALC retoma la senda del crecimiento de las exportaciones en el futuro. Adicionalmente, a través de una metodología de predicción conocida como nowcasting, es posible estimar la tasa de crecimiento instantánea de las exportaciones”, señala el BID.
Las perspectivas futuras dependen de varias incógnitas que caracterizan la evolución de los determinantes reales y nominales de los flujos comerciales en la economía global pos COVID-19. Entre los primeros, destacan los ritmos de reapertura de los socios comerciales, los riesgos de que nuevas oledas de contagio impulsen nuevas órdenes de confinamiento y la heterogeneidad de los efectos económicos y comerciales de dichas medidas, ya que su severidad depende enormemente de país a país.
Mantener la tranquilidad es la única salida, en especial para el sector transportador, el cual a pesar de las circunstancias y de las disminuciones de movimiento, ha podido mantenerse a flota gracias a la continuidad de trabajo.