El mundo se encuentra en un estado de conmoción. Lo que parecía un efecto externo, terminó convirtiéndose en un tema de salud pública global. Ahora múltiples industrias sufren el impacto y el transporte de carga no es ajeno a ello.
De acuerdo a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) la economía mundial llegó a su punto más lento desde el 2009, con pronósticos de crecimiento de 2.4% que contrastan con el 2.9% de noviembre del año pasado y el gran culpable, el coronavirus o Covid-19. El panorama no es alentador, ya que si el brote sigue creciendo este pronóstico podría descender a 1.5% en el 2020.
Las perdidas son millonarias y el PIB de múltiples países de occidente se verá gravemente impactado. Según el diario español La Vanguardia, el golpe negativo en la economía mundial a causa del coronavirus sería de 280.000 millones de dólares, cifra cercana al PIB de Chile o Finlandia.
Las estadísticas son preocupantes y los daños colaterales aún más. Con China, como epicentro de la enfermedad, las fábricas de aquel país han disminuido significativamente su producción, algo que hay que analizar a fondo, ya que el gigante asiático es considerado como “el taller del mundo”, representando un tercio de las manufacturas del planeta. Cerca del 35% de las importaciones a granel seco por vía marítima en todo el mundo provienen de allí.
Adicionalmente, las interrupciones en las cadenas de suministro mundiales son uno de los efectos más claros del coronavirus. Mirando de cerca este proceso, ya ha habido interrupciones significativas, con la lista de fabricantes fuera de China obligados a disminuir la producción en sus plantas.
Como consecuencia de dichos cierres, el suministro se empieza a ver afectado. Importantes expresas de comercio, como Aliexpress, han anulado pedidos en múltiples países de Europa y no precisamente por el miedo al contagio con los productos, sino por el desabastecimiento de portafolio. La mayoría de productos provienen de China y al tener fábricas cerradas, es imposible cumplir con las necesidades de los clientes.
Aquí no para la bola de nieve. Las restricciones a causa del virus, y un masivo brote de miedo, ha dado como resultado que las personas eviten salir de sus casas a realizar compras, asistir a restaurantes, concesionarios y comercios en general, disminuyendo sustancialmente el consumo.
Impacto en el transporte
De lo mundial a lo local
El transporte de carga se articula a través de distintos medios: el marítimo, el ferroviario, fluvial y terrestre. En este caso, el marítimo empieza a crear estragos alrededor del globo, y esto tiene que ver con puertos y la demanda de materias primas en China.
Información emitida por el portal Infobae indica que el índice que refleja cada día las tasas impuestas en las 20 rutas de transporte a granel de materia seca juzgada “representativa” del mercado (el Baltic Dry Index -BDI-), registró a finales de febrero el nivel más bajo desde principios de 2016. El de la categoría “capesize”, compuesta por barcos más grandes que transportan principalmente carbón y mineral de hierro, llegó a su nivel más bajo desde su creación.
La preocupación en la industria del transporte es alta. En China numerosos puertos declararon suspensión completa y la operación de los que están en funcionamiento, ha sido perturbada por el coronavirus, esto lo afirmó Lars Bastian Østereng, encargado de investigación en Arctic Securities, a AFP. Asimismo, las más importantes navieras del mundo han impedido a sus tripulaciones bajar a tierra al atracar en el país asiático, complejizando la operación.
Por otro lado, la desaceleración afecta a la producción de electricidad, generada mayoritariamente a base de carbón, y a las acerías, que requieren del mineral de hierro procedente de Colombia, Brasil o Australia, dos productos que llenan los navíos de tipo “capesize”, indicaron los analistas de Capital Economics. Además de las materias primas importadas -por ejemplo, China consume casi el 40% de la producción mundial de metales-, la epidemia también ha impactado en los transportistas que cargan con la producción de las fábricas chinas.
En Colombia también existe ansiedad respecto al tema. El Presidente Ejecutivo de Colfecar, Juan Miguel Durán Prieto, señaló que las acciones de control definidas en la resolución 385 de 2020 del Ministerio de Salud, se prohíbe el atraque en los puertos de embarque y desembarque de pasajeros y mercancías, lo que afectara directamente la actividad de transporte de carga por carretera.
Juan Miguel Durán-Presidente Colfecar
“Hay que tener en cuenta que la carga que llega anualmente a las sociedades portuarias nacionales se calcula en cerca de 19 millones de toneladas entre importaciones y exportaciones, las cuales son transportadas por carreteras hasta y desde los puertos, hasta sus destinos finales, por lo que el impacto de esta medida será fuerte y sus consecuencias se empezarán a ver en las próximas semanas” sostuvo, Durán Prieto.
El dirigente gremial señaló que a raíz de esta situación, los transportadores de carga esperan que se revisen o suspendan los horarios de restricción definidos en varias ciudades como Bogotá y Medellín.
“Hay que tener en cuenta que por efectos de este virus, los consumidores están reduciendo sus visitas a centros comerciales, supermercados y centros de acopio, lo que significa que la demanda de productos y servicios se verá afectada, y esto tendrá incidencia en el transporte de carga lo que sumado a las restricciones puede provocar desabastecimiento en algunas regiones, debido a la reducción de inventarios agravando la situación económica del sector”, explicó, Durán Prieto.
El dirigente explicó que el solo hecho de que un vehículo de carga pesado tenga que esperar para su ingreso a una ciudad, puede representar la pérdida de 24 horas y generar desabastecimiento en aquellos casos en que se transportan productos perecederos, por lo que es recomendable suspender estas medidas, por lo menos, mientras que se supera esta pandemia.
A su vez, la Federación de Empresarios del Transporte de Carga, Fedetranscarga, expresó su preocupación realizando una serie de propuestas al gobierno nacional a causa del estancamiento económico, que genera como consecuencia la disminución de movimiento de carga, todo por motivo del Covid-19.
En una carta emitida el 17 de marzo, Fedetranscarga propuso generar acuerdos con gobiernos municipales para replantear las restricciones impuestas con relación al tránsito de vehículos de carga, con el fin de priorizar el abastecimiento de alimentos y materias primas, vitales para toda sociedad. Adicionalmente, solicitan una inmediata solución para los conductores de transporte operando en fronteras, a quienes, en algunas zonas, como Tulcán (Ecuador), se les está obligando a someterse a una cuarentena de 14 días, haciendo imposible su labor.
Sin duda lo más importante en este escenario es dar prioridad a la protección de las vidas humanas, algo fundamental para cualquier sociedad; sin embargo, hay que saber adelantarse a la situación y manejar, con el mejor de los tactos, la coyuntura de las múltiples industrias que respaldan la economía de las familias colombianas. Por ahora, el sector transportador prende las alarmas para evitar mayores complicaciones.
